sábado, 28 de mayo de 2016
Finalidad
¿Cuál es
la finalidad del Aprendizaje Basado en Competencias?
El objetivo del Aprendizaje Basado en
Competencias es el desarrollo integral del individuo. ¿Qué implica el
desarrollo integral? Representa el reconocimiento de una serie de saberes que a
continuación se enlistan (López, 2013):
1. Saber
conocer: desarrollar nuevos conocimientos, lo cual se relaciona también
con la formación permanente y a lo largo de toda la vida, en todos los ámbitos
de la misma: académica, profesional y social.
2. Saber
hacer: dominio de métodos, estrategias y técnicas enfocadas al desarrollo
de diversas tareas personales y profesionales.
3. Saber ser: son
el conjunto de actitudes y formas de actuar con las personas, lo cual nos
permitirá desarrollar competencias sociales. Se relaciona también con las
actitudes hacia la iniciativa, el liderazgo y la motivación frente a las tareas
de la vida diaria.
Algunos autores reconocen otros saberes
como: actuar en diversos escenarios, emprender, convivir e interpretar; los
cuales surgen a partir de los que arriba se describen.
¿Cómo
enseñar y evaluar por competencias?
Uno de
los grandes problemas de entender las competencias y concebir el aprendizaje
basado en este enfoque, es la dificultad de transitar de lo teórico a lo
práctico, una de las preguntas clave, en este sentido, es ¿cómo enseñar y
evaluar por competencias? (Ballester & Sánchez, 2010).
Tipos de Competencias
Tipos de Competencias
Hablar de competencias en el ámbito
educativo, de capacitación y de e-learning es un tema complejo que en ocasiones
se trata de forma errada. Esto se debe, en gran medida, a la dificultad de
explicar y entender qué son en realidad y cómo se aplican.
Muchos docentes, facilitadores e instructores consideran que la
enseñanza por competencias es un modelo que llevará a los estudiantes a
contender por ser el mejor en la clase, en el ámbito empresarial o en la
compañía.
El término competencias se refiere a la capacidad de poner en
práctica los conocimientos, habilidades, pensamientos y valores que posee una
persona para actuar en un contexto específico. Son considerados recursos
cognitivos que influyen en el desarrollo de la persona, tanto a nivel personal,
como social y laboral.
Las competencias básicas
se han diseñado con el objetivo de ofrecer a los/las estudiantes una educación
más individualizada, que sigan su propio ritmo, adquiriendo los conocimientos
mediante la práctica y su experiencia. Este aprendizaje por competencias cada
vez se utiliza más en los centros educativos, en parte porque nos permite
centrarnos en mayor medida en las necesidades del alumnado.
Competencias
Básicas: Son la
combinación de destrezas, conocimientos y actitudes que se aplican para
adaptarse en diferentes contextos sociales. Podría decirse que son el conjunto
de habilidades cognitivas, que suelen ser alcanzadas o logradas en el
desarrollo educativo de una persona, las cuales son indispensables para poder
tener un correcto desenvolvimiento personal y social.
Competencias genéricas: Se refieren al conjunto de
conocimientos, actitudes, valores y habilidades que están relacionados entre
sí, ya que en combinación, permiten el desempeño satisfactorio de la
persona que aspira a alcanzar metas superiores a las básicas. Estas habilidades
también se usan como atributos, características y cualidades, puesto que son
capaces de desarrollarse en el aprendizaje cotidiano.
Competencias específicas: Las competencias específicas se
adquieren con la transmisión y asimilación por parte de la persona, a partir de
una serie de contenidos relativos a las áreas básicas del saber humanístico;
conceptos, teorías, conocimientos instrumentales, habilidades de investigación,
formas de aplicación o estilos de trabajo que definen una disciplina concreta.
Competencias que resultan necesarias para dominar un conocimiento, para después
aplicarlo a un área específica.
Presentacion
Presentación
En el marco del debate académico, se reconoce que
existen diferentes acepciones del término competencia, en función de los
supuestos y paradigmas educativos en que descansan. La perspectiva
sociocultural o socioconstructivista de las competencias aboga por una
concepción de competencia como prescripción abierta, es decir, como la
posibilidad de movilizar e integrar diversos saberes y recursos cognitivos
cuando se enfrenta una situación-problema inédita, para lo cual la persona
requiere mostrar la capacidad de resolver problemas complejos y abiertos, en
distintos escenarios y momentos. En este caso, se requiere que la persona, al
enfrentar la situación y en el lugar mismo, re-construya el conocimiento,
proponga una solución o tome decisiones en torno a posibles cursos de acción, y
lo haga de manera reflexiva, teniendo presente aquello que da sustento a su
forma de actuar ante ella.
Por lo anterior, una
competencia permite identificar, seleccionar, coordinar y movilizar de manera
articulada e interrelacionada un conjunto de saberes diversos en el marco de
una situación educativa en un contexto específico. Esta caracterización tiene
sus fundamentos en el siguiente conjunto de criterios:
· Las competencias
tienen un carácter holístico e integrado. Se rechaza la pretensión sumativa y
mecánica de las concepciones conductistas. Las competencias se componen e
integran de manera interactiva con conocimientos explícitos y tácitos,
actitudes, valores y emociones, en contextos concretos de actuación de acuerdo
con procesos históricos y culturales específicos.
· Las competencias se
encuentran en permanente desarrollo. Su evaluación auténtica debe ser continua,
mediante la elaboración de estrategias que consideren el desarrollo y la mejora
como aspectos que integran el desempeño de una competencia.
· Las competencias se
concretan en diferentes contextos de intervención y evaluación. El desarrollo
de las competencias, así como su movilización, debe entenderse como un proceso
de adaptación creativa en cada contexto determinado y para una familia de
situaciones o problemas específicos.
· Las competencias se
integran mediante un proceso permanente de reflexión crítica, fundamentalmente
para armonizar las intenciones, expectativas y experiencias a fin de realizar
la tarea docente de manera efectiva.
· Las competencias
varían en su desarrollo y nivel de logro según los grados de complejidad y de
dominio. Las competencias asumen valor, significatividad, representatividad y
pertinencia según las situaciones específicas, las acciones intencionadas y los
recursos cognitivos y materiales disponibles, aspectos que se constituyen y
expresan de manera gradual y diferenciada en el proceso formativo del
estudiante.
· Las competencias
operan un cambio en la lógica de la transposición didáctica. Se desarrollan e integran
mediante procesos de contextualización y significación con fines pedagógicos
para que un saber susceptible de enseñarse se transforme en un saber enseñado
en las aulas y, por lo tanto, esté disponible para que sea movilizado por los
estudiantes durante su aprendizaje.
Derivado de lo
anterior, en este plan de estudios se entiende como competencia al desempeño
que resulta de la movilización de conocimientos, habilidades, actitudes y
valores, así como de sus capacidades y experiencias que realiza un individuo en
un contexto específico, para resolver un problema o situación que se le
presente en los distintos ámbitos de su vivir.
En todos los casos el
concepto de competencia enfatiza tanto el proceso como los resultados del
aprendizaje, es decir, lo que el estudiante o el egresado es capaz de hacer al
término de su proceso formativo y en las estrategias que le permiten aprender
de manera autónoma en el contexto académico y a lo largo de la vida.
El desarrollo de
competencias destaca el abordaje de situaciones y problemas específicos, por lo
que una enseñanza por competencias representa la oportunidad para garantizar la
pertinencia y utilidad de los aprendizajes escolares, en términos de su
trascendencia personal, académica y social. En el contexto de la formación de
los futuros maestros, permite consolidar y reorientar las prácticas educativas
hacia el logro de aprendizajes significativos de todos los estudiantes, por lo
que conduce a la concreción del currículo centrado en el alumno.
En el enfoque basado
en competencias la evaluación consiste en un proceso de recolección de
evidencias sobre un desempeño competente del estudiante con la intención de
construir y emitir juicios de valor a partir de su comparación con un marco de
referencia constituido por las competencias, sus unidades o elementos y los
criterios de desempeño y en identificar aquellas áreas que requieren ser
fortalecidas para alcanzar el nivel de desarrollo requerido, establecido en el
perfil y en cada uno de los cursos del plan de estudios. Con base en el
planteamiento de que las competencias son expresiones complejas de un
individuo, su evaluación se lleva a cabo a partir del cumplimiento de niveles
de desempeño elaborados ex profeso.
De esta manera la
evaluación basada en competencias implica, entre otros aspectos, que éstas
deben ser demostradas, por lo que requieren de la definición de evidencias, así
como los criterios de desempeño que permitirán inferir el nivel de logro. Este
tipo de evaluación no excluye la verificación del dominio teórico y conceptual
que necesariamente sustenta la competencia. En ese sentido, se requiere una
evaluación integral e integrada de conocimientos, habilidades, actitudes y
valores en la acción.
Desde esta
perspectiva, la evaluación cumple con dos funciones básicas, la sumativa de
acreditación/certificación de los aprendizajes establecidos en el plan de
estudios y la formativa, para favorecer el desarrollo y logro de dichos
aprendizajes; esto es, el desarrollo de las competencias y de sus elementos.
Dicho de otro modo, la función sumativa puede caracterizarse
como evaluación de competencias y la evaluación formativa
como evaluación para el desarrollo de competencias ya que valora los
procesos que permiten retroalimentar al estudiante.
Con base en lo
anterior, la evaluación basada en competencias se caracteriza por centrarse en
las evidencias de los aprendizajes (definidos en parámetros y en criterios de
desempeño) y por ser integral, individualizada y permanente; por lo tanto, no
compara diferentes individuos ni utiliza necesariamente escalas de puntuación y
se realiza, preferentemente, en situaciones similares a las de la actividad del
sujeto que se evalúa.
Para ello, es
importante utilizar las propias tareas de aprendizaje
como evidencias, ya que permiten una evaluación del proceso de
aprendizaje y no sólo de los resultados. Si la evaluación pretende ser
integral, habrá de utilizar métodos que permitan demostrar los conocimientos,
las habilidades, las actitudes y los valores en la resolución de problemas.
Requiere además, seleccionar métodos y estrategias acordes para el tipo de
desempeño a evaluar. Por lo anterior, es posible utilizar entrevistas, debates,
observación del desempeño, proyectos, casos, problemas, exámenes y portafolios,
entre otros.
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